Tributo a Jay Kyle de Tim Keller y América Latina

 

En memoria de

Jay Kyle

1951-2022

Un tributo a Jay, por Tim Keller

En 1977, nuestra pequeña iglesia en Virginia tuvo su primera conferencia misionera.  Hicimos promesas y recaudamos lo que para nosotros fue una cantidad enorme: $22,000.00 US Llamamos a nuestra Iglesia Presbiteriana en América en la agencia de Misión al Mundo y dijeron: “!Necesitamos más misioneros para  apoyar!"  Nos hablaron de Jay y Maureen Kyle.  En ese momento, Jay estaba ejecutando un programa que había establecido llamado SIMA (Servants in Missions Abroad. En español, Servidores en Misiones en el Extranjero) que enviaba misioneros a corto plazo -muy innovador en ese momento.  Jay y Maureen visitaron la iglesia, Jay habló y todos los amaron.  (Les dimos la suma principesca de $1,200.00 US al año).  También fue el comienzo de una larga amistad entre los Kyles, Kathy y yo.

Jay y yo nos mantuvimos en contacto después de que dejamos Virginia y nos mudamos a Filadelfia.  Recuerdo que vino y se quedó con nosotros cuando estaba pensando en cambiar de trabajo.  Pasamos largas horas hablando. Unos años más tarde, después de haber comenzado Redeemer, Terry Gyger estaba sentando las bases para el “Centro de Plantación de Iglesias Redeemer” que más tarde se convirtió en City to City.  Terry necesitaba un par de pioneros, misioneros que no iban a plantar iglesias ellos mismos, pero tendrían las habilidades interculturales y relacionales para ir a otros países y allí reconocer los talentos, atraer y reclutar futuros plantadores de iglesias, ayudarlos creativamente a comenzar iglesias efectivas en ciudades globales a las que pocos estaban alcanzando, y luego supervisar, entrenar, amar y  dirigirlos a crecer como cristianos y ministros.  Estos pioneros iban a hacer esto sin una pizca de paternalismo o superioridad de tipo estadounidense, y también tenían que ser emprendedores y trabajar con muy pocos recursos.  Cuando Terry dijo: "¿Qué pensarías de llamar a Jay Kyle para hacer esto?"  Lo apoyé al 200%.  Sabía que podía hacerlo.                                                     

Jay trabajó en Asia y América Latina (dos lugares en los que había vivido), mientras que su co-pionero Al Barth tomó Europa, África y el Medio Oriente.  La notable red global de City to City, que ha producido cientos de nuevas iglesias urbanas en todo el mundo, creció a partir del trabajo misionero de Jay y Al.  Su logro es asombroso, y en gran parte ignorado.  Si me preguntas por un fundador de City to City, la respuesta tiene que ser Terry Gyger.  Sin embargo, el modus operandi de Terry era contratar a los extremadamente capaces y luego "soltarlos" sin controlarlos estrictamente. Y es por eso que en cierto sentido se podría decir que Jay y Al también son fundadores de CTC.  Eso no existiría hoy sin su trabajo.

Jay era famoso por sus habilidades relacionales.  Tenía un don sobrenatural de dar aliento, del cual todos en mi familia en un momento u otro fueron receptores.  Esta semana, uno de mis hijos dijo que Jay era el hombre más amable y solidario que había conocido.  Cierto en verdad.  Jay también tenía simplemente habilidades interculturales notables.  Él mismo era un “hijo de misionero” y había vivido en diferentes sociedades y, por lo tanto, se sentía completamente cómodo en todos los entornos culturales diversos y era capaz de construir amistades con todo tipo de personas.  Nuestra familia viajó con él por todo el mundo muchas veces y él siempre fue el guía experto.  Conocía la geografía, la demografía, la cultura, la gente clave.  Parecía preparado para todo sin importar dónde estuviéramos.  Él era un verdadero “ciudadano del mundo''.

Jay también fue el trabajador más duro que jamás conocerás.  Era comprometido, paciente, leal, generoso.  No siempre fue sabio en el ritmo de sí mismo.  Pero su pasión era por la iglesia global, para la Gran Comisión, para el Reino de Dios.  Eso fue lo que lo emocionó y  lo deleitó.  Le encantaba pensar y hacer planes para abrir nuevos lugares para la obra del reino,  por ver la iglesia edificada de nuevas maneras.  Le encantaba la innovación.  La lluvia de ideas con Jay fue siempre estimulante.

Echaremos mucho de menos su visión, voz, amor y risa y eso es decirlo demasiado suavemente.  Cuándo Sarah Edwards se enteró del fallecimiento de su esposo Jonathan, le escribió a su hija y dijo que “adoraba la bondad de Dios por haberlo tenido tanto tiempo”, y agregó: “¡Oh, qué legado  deja tu padre".  Eso es lo que siento por Jay Kyle hoy.  Estoy tan contento de haberlo tenido tanto tiempo.  Ojalá lo tuviéramos más tiempo, pero el Señor lo conoce.  Y ¡ay, qué legado deja!

 

Un tributo a Jay desde América Latina, por Andrés Garza

¿Que podemos decir para honrar mejor a Jay que lo que Tim ha dicho anteriormente? Ciertamente no mucho mas que la historia de Jay en América Latina y esto es una verdadera historia de la redención.  Jay llega a México con Misión al Mundo para traer su visión de plantación de iglesias, pero a través de los lideres locales, es decir, los lideres que ya tenían el contexto en sus corazones y solo necesitaban de entrenamiento, mentoria y motivación correcta. Es así como comienza un legado para empujar a la iglesia mexicana a tener una mentalidad para plantar nuevas iglesias.

Muy pronto Jay, Bill Goodman, Gary Watanabe y otros en su equipo comienzan a orar por lideres claves para un trabajo estratégico del evangelio. Jay y el equipo de MTW comienzan a venir a Monterrey y es cuando nos conocimos. Como planificador urbano, inmediatamente vi en Jay un estratega y visionario. En verdad me cautivo su visión y mas aun que el y su equipo nos permitieran soñar con un incipiente movimiento de plantacion de iglesias como si ya supiéramos lo que esto significaba. Como dice Tim, en ninguna forma el equipo de MTW con Jay, querían traer sus ideas e imponerlas. Desde ahí ahora puedo ver la gran visión de impulsar liderazgo local lo cual era siempre el objetivo de Jay. 

Posteriormente Tim y Terry invitan a Jay a ser parte de City to City y nosotros seguimos soñando con este movimiento, pero sin saber que significaba en realidad. Aun Jay desde Nueva York, es siguió acompañándome a dar los pasos necesarios para entender y desarrollar plantación de iglesias en el norte de México. No fue solo a mi que el quiso seguir mentoreando sino que también animaba a los misioneros de MTW como Richard Wagner y Gary Watanabe quienes fueron fundamentalmente importantes para lo que hoy es City to City América Latina.  

Es en 2008 cuando Pablo Chavarría y yo, invitados por Jay a participar en uno de los primeros intensivos internacionales de Redeemer City to City. Su consejo y amor durante seis semanas intensivas, logro profundizar lo que el intensivo nos estaba compartiendo. Puedo comprobar que lo que Tim y Jay decían, era verdaderamente una expresión del evangelio para crecer el reino de Dios a través de las ciudades globales en todos los continentes. Jay y Tim nos expusieron no solo a la verdad del evangelio a través de Lucas 15, sino también a la aplicación en la vida normal y la visión estratégica por las ciudades. 

Preguntándole a Jay acerca del siguiente paso después del intensivo, el me contesta; sueña, ora y platica con otros acerca de esto. Volviendo a Monterrey Jorge Alemán, Rich Wagner y yo platicamos para comenzar lo que hoy es el Centro para la Plantación de iglesias en el norte de México. El amor y la paciencia de Jay se hacían notar al permitirnos avanzar solos y cometer errores, hasta que 10 años después, Jay y John Huchinston vienen a Monterrey, observan lo que estábamos haciendo en el CPI y me invitan a comenzar formalmente City to City América Latina. 

Es esa visión estratégica y al mismo tiempo su acercamiento e interés personal por nuestras vidas por lo que Jay nos convencía de considerar seriamente lo que el hablaba y proponía. Esto aprendí de el en una forma muy poderosa, un movimiento no se da solo con estrategias, sino con relaciones profundas y significativas. 

Mientras esto ocurría ya el Señor había abierto otras oportunidades en Chile con John Thomas y en Brasil con Osni Ferreira, además de Argentina, sin embargo, Jay, con su usual carácter relacional, en una reunión en Santiago en el 2014, nos motivo a un grupo de líderes de México, Chile y Argentina en compañía de un buen asado, vino chileno y picante mexicano, a comenzar los esfuerzos conjuntos para un gran movimiento del evangelio en la región.  

En el 2021, para comenzar el intensivo en línea por la pandemia del Covid 19, le pido a Jay un mensaje de animo, para lo cual en un video el nos alienta en tres cosas claves y fundamentales; 

“Que Dios pueda dar a cada uno de ustedes la habilidad de escuchar nuevas ideas, que las verdades del evangelio transformen cada uno de sus corazones y que Dios les de la humildad para aprender los unos de los otros.”

Este es el gran legado de Jay en América Latina, un lugar en donde más y más líderes están siendo llamados y usados por Dios. Estoy seguro de que sin el ejemplo cristiano que nos deja y la humildad con que vivía y la visión que lo caracterizaba, no seria posible lo que City to City América Latina es el día de hoy.